Cómo limpiar botas de montaña

Puede que tus botas de montaña llenas de barro te llenen de orgullo. Al fin y al cabo, cada mancha es el testimonio de una caminata memorable en las condiciones más duras. Pero llega un momento en el que necesitas devolverlas a un estado casi prístino, y vamos a guiarte para que lo hagas de forma segura y eficaz.

¿Por qué limpiar las botas de montaña?

Mantener las botas limpias es importante por varias razones:
 

• Una bota con suciedad incrustada puede impedir que la humedad salga de forma eficaz, lo que puede afectar a su transpirabilidad y provocar una sensación de humedad al caminar.

• Además, ¿seguro que todo eso es solo suciedad? Es posible que haya ácidos, álcalis, aceites u otros contaminantes, sobre todo si has caminado por charcos alrededor de granjas, carreteras o fábricas. Estas sustancias químicas pueden afectar a la coloración en casos leves, pero podrían atacar a los adhesivos y la impermeabilización a largo plazo.

• Mantener las botas limpias facilita su inspección antes de una larga caminata. Siempre es recomendable comprobar que no haya desgarros, rozaduras importantes, daños en la impermeabilización y problemas con las costuras antes de embarcarse en una excursión épica.

• El barro seco puede ser muy duro. Si llena los huecos de la suela, puedes quedarte sin banda de rodadura, y los tacos de goma no podrán moverse correctamente para conseguir el agarre más seguro.

• Unas botas limpias tienen el mismo aspecto que cuando las compraste y, además, no te pondrán perdido el maletero del coche ni el suelo de la cocina.

Cómo limpiar botas de montaña

Ahora que sabemos el porqué, necesitas saber el cómo. Lo más importante es que depende del material del que esté hecho tu calzado. Las botas de cuero tienen necesidades distintas que el calzado sintético, y el tratamiento impermeabilizante también puede influir en la forma de limpiar las botas. Así que, cuando consideres cómo limpiar el barro de las botas de montaña, ten esto en cuenta.

Botas de cuero

En el caso del cuero, lo mejor es quitar el barro lo antes posible, preferiblemente antes de que empiece a secarse. Deberías poder limpiar la mayor parte de la suciedad con un paño o un cepillo suave (puedes conseguir un cepillo para botas hecho a medida). Hazlo con delicadeza; no fuerces ni restriegues. También puedes lavarlas con un paño húmedo o un cepillo. Una vez que esté todo limpio, puedes aplicar abrillantador de botas con un cepillo y un paño como de costumbre, para resaltar el acabado natural y ayudar a mantener el cuero flexible y resistente al agua.

Si la bota tiene una membrana impermeable, no tendrás problemas si la rocías con una manguera o un grifo. Una vez lavada, déjala en un lugar seco, preferiblemente bien ventilado, para que se seque de forma natural. La próxima vez que salgas de excursión, tendrás un par de botas limpias y relucientes.

Botas y zapatos sintéticos

El calzado que no es de piel es un poco diferente, ya que los materiales utilizados (y, por tanto, las instrucciones de limpieza) varían de un fabricante a otro. Al igual que las chaquetas impermeables, algunas botas sintéticas tienen capas impermeables especiales, lo que significa que ciertos productos de limpieza y abrillantadores, o medios para eliminar la suciedad frotando, podrían dañarlas. Te recomendamos que consultes los consejos del sitio web del fabricante o las instrucciones de limpieza que vienen con el calzado.

Sin embargo, podemos afirmar que el agua no daña ningún par de botas de montaña decente, así que si utilizas agua limpia y un paño suave, acertarás seguro. En el caso de algunas botas, es necesario volver a impermeabilizarlas de vez en cuando, lo que suele hacerse con un spray impermeabilizante. Es importante que solo hagas esto cuando el zapato esté limpio y seco, así que no caigas en la tentación de hacerlo justo después de un paseo por el barro, ya que el spray no se absorberá bien.

Limpieza de suelas

Todas las botas y zapatillas de senderismo tienen una suela con mucho agarre, que puede llenarse rápidamente de barro espeso si tiene la consistencia adecuada. El proceso de limpieza depende de lo seco que esté y del tiempo de que dispongas. Si aún está húmedo, deberías poder limpiarlo con un cepillo firme, como un cepillo de dientes o de fregar, o simplemente con el dedo y papel de cocina. A continuación aclara, y ya puedes volver a las andadas.

Sin embargo, si la suciedad está seca y dura, tienes dos opciones: sacarla a la fuerza o remojarla. Si tienes prisa, puedes limitarte a golpear las suelas, lo que a veces afloja el barro. Si no, tendrás que hacer palanca con un destornillador, una llave o un cuchillo de cocina. No utilices nada afilado, ya que puedes dañar la goma y, si se te resbala la mano, puedes atravesar la suela.

Localiza los contornos de la suela y saca el barro con la herramienta que hayas elegido, sin forzar demasiado, ya que podrías acabar arrancando trozos de la suela. Si tienes más tiempo, deja las botas en agua tibia (puedes añadir un poco de detergente si quieres) durante unas horas. Si tus botas no son totalmente impermeables (es decir, si solo son resistentes al agua), asegúrate de que el nivel del agua deje un poco de suela visible en todo el contorno. Cuando termine el remojo, deberías poder sacar la suciedad con el dedo o un cepillo, como se indica más arriba.

Cómo limpiar botas por dentro

Es raro que haya que limpiar el interior de las botas, aunque no está de más colgarlas para que se aireen bien después de cada excursión. Puedes comprar sprays desodorantes y cambiar las plantillas si es necesario, pero mojar el interior no suele ser una buena idea. Es difícil que circule el aire y, con los tejidos blandos que se utilizan para estas botas, un secado a fondo puede llevar días.

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